miércoles, 2 de abril de 2014

Texto argumentativo: el catalán y el español


Hoy, un nuevo texto argumentativo. Y este viene con polémica. ¿Cómo podemos abordar el comentario de un texto argumentativo de tema claramente espinoso? ¡No pasa nada! Limitémonos a hacer un comentario lingüístico. Analicemos, como solemos hacer, los aspectos puramente textuales de la adecuación, la coherencia y la cohesión, al margen de la fortaleza o debilidad de los argumentos. Y culminemos nuestro comentario con una conclusión sobre los aspectos meramente lingüísticos. ¿Ha conseguido el autor ensamblar las ideas de tal forma que el texto pueda ser percibido como una unidad? Veámoslo.



A continuación, el texto. Posteriormente, el comentario. (Pincha en más información para verlo)

Los catalanes saben el español tan bien como nosotros. Desde el siglo XIV las isoglosas del catalán son, las más, comunes con el castellano o español (luego fue "purificado", "normalizado" por Pompeu Fabra). Se hablaba allí ya entonces, se sigue y seguirá hablando, aunque, en ciertos ambientes haya una gran presión para que los catalanes no hablen en español. Ni los demás: para que yo y el taxista de Jaén hablemos en catalán (lo oí proponer a alguien importante, no exagero). En el trato personal, todavía hay respeto y cortesía.

Señores políticos catalanes: eso que están imponiendo a los catalanes (y a los españoles todos) es una represión y un empobrecimiento, algo fuera de toda racionalidad. Nuestro siglo no se lo merece. España (que incluye a Cataluña) tampoco. Todo hemos convivido, nos hemos ayudado, seguimos haciéndolo. Con el griego, el latín, el ibero, hablábamos la misma lengua. No había suevos ni tartesios entre ustedes, tampoco una provincia Catalonia (la Tarraconense llegaba hasta Lugo). Luego hubo dos lenguas emparentadas que convivían perfectamente. Ustedes se unieron a Aragón, luego a Castilla, mediante bodas y tratados (no guerras). Vinieron a ayudamos, frente al moro, en las Navas de Tolosa Nadie les obligó. Aprendieron español porque era útil. Así se difunden las lenguas.


lunes, 24 de marzo de 2014

Cuento VII de "El conde Lucanor", don Juan Manuel

El exemplo VII de “El Conde Lucanor” es uno de los más conocidos de esta obra de Don Juan Manuel, una de las muestras más notables de toda la prosa medieval y la obra en prosa castellana más importante del siglo XIV. La historia pertenece a la tradición oral y se ha transmitido de generación en generación en múltiples variantes. En general, se lo suele conocer como “el cuento de la lechera”.

A continuación, el texto íntegro. Y posteriormente, haciendo click en "más información", el comentario. Gracias, como siempre, por "megustear", compartir y comentar.


Lo que sucedió a una mujer que se llamaba doña Truhana


Otra vez estaba hablando el Conde Lucanor con Patronio de esta manera:

-Patronio, un hombre me ha propuesto una cosa y también me ha dicho la forma de conseguirla. Os aseguro que tiene tantas ventajas que, si con la ayuda de Dios pudiera salir bien, me sería de gran utilidad y provecho, pues los beneficios se ligan unos con otros, de tal forma que al final serán muy grandes.

Y entonces le contó a Patronio cuanto él sabía. Al oírlo Patronio, contestó al conde:

-Señor Conde Lucanor, siempre oí decir que el prudente se atiene a las realidades y desdeña las fantasías, pues muchas veces a quienes viven de ellas les suele ocurrir lo que a doña Truhana.

El conde le preguntó lo que le había pasado a esta.

-Señor conde -dijo Patronio-, había una mujer que se llamaba doña Truhana, que era más pobre que rica, la cual, yendo un día al mercado, llevaba una olla de miel en la cabeza. Mientras iba por el camino, empezó a pensar que vendería la miel y que, con lo que le diesen, compraría una partida de huevos, de los cuales nacerían gallinas, y que luego, con el dinero que le diesen por las gallinas, compraría ovejas, y así fue comprando y vendiendo, siempre con ganancias, hasta que se vio más rica que ninguna de sus vecinas.

»Luego pensó que, siendo tan rica, podría casar bien a sus hijos e hijas, y que iría acompañada por la calle de yernos y nueras y, pensó también que todos comentarían su buena suerte pues había llegado a tener tantos bienes aunque había nacido muy pobre.



»Así, pensando en esto, comenzó a reír con mucha alegría por su buena suerte y, riendo, riendo, se dio una palmada en la frente, la olla cayó al suelo y se rompió en mil pedazos. Doña Truhana, cuando vio la olla rota y la miel esparcida por el suelo, empezó a llorar y a lamentarse muy amargamente porque había perdido todas las riquezas que esperaba obtener de la olla si no se hubiera roto. Así, porque puso toda su confianza en fantasías, no pudo hacer nada de lo que esperaba y deseaba tanto.

»Vos, señor conde, si queréis que lo que os dicen y lo que pensáis sean realidad algún día, procurad siempre que se trate de cosas razonables y no fantasías o imaginaciones dudosas y vanas. Y cuando quisiereis iniciar algún negocio, no arriesguéis algo muy vuestro, cuya pérdida os pueda ocasionar dolor, por conseguir un provecho basado tan sólo en la imaginación.

Al conde le agradó mucho esto que le contó Patronio, actuó de acuerdo con la historia y, así, le fue muy bien.

Y como a don Juan le gustó este cuento, lo hizo escribir en este libro y compuso estos versos:

En realidades ciertas os podéis confiar,
mas de las fantasías os debéis alejar.


sábado, 15 de marzo de 2014

Texto argumentativo: Arquímedes


El comentario de texto argumentativo es uno de los más habituales en exámenes y pruebas de oposición. La ventaja es que suelen ser textos periodísticos, más bien breves, por lo que los rasgos de coherencia y cohesión suelen ser bastante visibles. Hoy nos enfrentamos a un artículo de opinión extraído de El País.

Como es habitual, el comentario se encuentra en el enlace posterior al texto.

Arquímedes


Hay algunos personajes que rompen el principio de Arquímedes: desalojan más de lo que pesan; experimentan un impulso hacia arriba muy superior al valor de su vida o a la densidad de su obra. Los conoces bien. Abres el periódico y sus nombres están allí, enchufas la televisión y sus rostros aparecen gesticulando siempre, conectas la radio y los oyes a cualquier hora del día o de la noche dictaminando acerca de las cosas más dispares sin una idea original que te sorprenda. Sus juicios son requeridos en toda clase de temas y acontecimientos, ya se trate del amor o de la peste equina, de la guerra nuclear o de un simple descarrilamiento del tren de cercanías, y ellos nunca se detienen ante nada lo mismo opinan con desparpajo de mecánica cuántica que salen friendo un par de huevos con delantal en un programa para amas de casa. Son vacíos y omnipresentes. Algunos de estos escritores, cineastas, intelectuales, artistas y políticos que acaparan la actualidad, despiertan mucha envidia, pero ninguna pasión; su figura multiplicada en imágenes hasta la angustia, provoca chismes y comentarios aunque difícilmente levanta una polémica. Como cetáceos llenos de flato, se les ve chapotear en la superficie de la sociedad desplazando toneladas de fluido que no se corresponden con la entidad de su trabajo, y entonces uno, con cierta ira, piensa en otros seres de vida preservada que también rompen el principio de Arquímedes en sentido inverso: desalojan mucho menos de lo que pesan; se hallan instalados a una altura inferior a su talento o sumergidos en el anonimato, si bien podrían deslumbrarnos con su pensamiento. Para encontrarlos hay que ir a los centros de investigación, a las universidades de provincias, a los institutos de pequeñas ciudades. Son profesores, poetas, científicos, artistas, escritores, que no salen en pantalla. No nos agraden con su estomagante presencia. Se limitan a trabajar con la elegancia que posee el silencio cuando éste es creativo. Por fortuna para ellos, usted no los conocerá nunca.

Manuel Vicent, El País.

viernes, 14 de febrero de 2014

Perfección - Jorge Guillén

Esta vez toca analizar un poema del siglo XX. Jorge Guillén, el optimista, escribió esta bella reflexión sobre el momento cumbre del día: el mediodía. Guillén, uno de los principales poetas del siglo XX, ha sido considerado como uno de los miembros de la Generación del 27.

El comentario comienza con un breve análisis del texto como acto comunicativo. Posteriormente, se desarrollan por separado los aspectos de contenido y forma. A continuación, el poema. Haz click en "leer más" para ver el comentario.



Queda curvo el firmamento,
compacto azul, sobre el día.
Es el redondeamiento 
del esplendor: mediodía.
Todo es cúpula. Reposa,
central, sin querer, la rosa,
a un sol en cenit sujeta.
Y tanto se da el presente
que el pie caminante siente
la integridad del planeta.


                         Jorge Guillén



martes, 11 de febrero de 2014

Cantar del Mío Cid - El episodio del León

Y vamos con la épica medieval. Uno de los momentos más conocidos del "Cantar de Mío Cid" (o "Poema de Mío Cid, según se prefiera) es el inicio del Cantar de la Afrenta de Corpes, donde los yernos del caballero castellano sufre un humillante episodio.

A continuación, el fragmento. Después del salto, el comentario.



En Valencia con los suyos     vivía el Campeador;
con él estaban sus yernos,     Infantes de Carrión.
Un día que el Cid dormía     en su 
escaño, sin temor,
un mal sobresalto entonces,     sabed, les aconteció:
Escapóse de una jaula,     saliendo fuera, un león.
Los que estaban en la Corte     sintieron un gran temor;
recogiéronse sus mantos      los del buen Campeador,
y rodean el escaño     en guarda de su señor.
Allí Fernando González,     Infante de Carrión,
ni en las salas ni en la torre     donde esconderse encontró;
metióse bajo el escaño,      tan grande fije su pavor.
Diego González, el otro,    por la puerta se salió
diciendo con grandes gritos:     -¡Ay, que no veré Carrión!
Tras la viga de un lagar     metióse con gran temor;
todo el manto y el brial     sucios de allí los sacó.
En esto que se despierta     el que en buen hora nació;
de sus mejores guerreros    cercado el escaño vio:
-¿Qué pasa aquí, mis mesnadas?     ¿Qué queréis? ¿Qué aconteció?
-Es que, mi señor honrado,     un susto nos dio el león.
Apoyándose en el codo,     en pie el Cid se levantó:
El manto se pone al cuello     y encaminóse al león.
La fiera, cuando vio al Cid    al punto se avergonzó;
allí bajó la cabeza,     y ante él su faz
 humilló.
Nuestro Cid Rodrigo Díaz      por el cuello lo tomó,
y lo lleva de su diestra     y en la jaula lo metió.
A maravilla lo tiene todo     el que lo contempló.
Volviéronse hacia la sala     donde tienen la reunión.
Por sus dos yernos Rodrigo     preguntó, y no los halló;
aunque a gritos los llamaban,     ni uno ni otro respondió,
y cuando los encontraron,      los hallaron sin color.
No vieseis allí qué burlas    hubo en aquella ocasión;
mandó que tal no se hiciese    nuestro Cid Campeador.
Sintiéronse avergonzados     Infantes de Carrión;
fiera deshonra les pesa     de lo que les ocurrió.



Anónimo

jueves, 6 de febrero de 2014

"Rima LII" de Gustavo Adolfo Bécquer



Empezamos esta recopilación de comentarios con un texto literario, en concreto, con un poema. Bécquer es uno de los poetas más característicos del Romanticismo español, aunque algunos autores lo suelen encuadran más bien en un Posromanticismo junto a Rosalía de Castro. También es verdad que otros se preguntan si realmente hubo un Romanticismo en España.

En todo caso, es un buen texto para comenzar: intenso, agitado y apasionado. Como toda la literatura del autor.

El comentario está dividido en adecuación, coherencia y cohesión, para abordar una visión integral del texto como acto de comunicación. No es un comentario literario que rebusque en las fuentes, las referencias ni las influencias posteriores. Más adelante, en otra entrada, explicaré cómo suelo estructurar los análisis de textos.

Para leer el texto y su comentario, pincha en "más información". Gracias por leer, comentar y difundir.


Sin comentarios

Esta será la única entrada del comentarista que no tendrá comentarios. Porque este blog trata precisamente de eso: de comentar textos. Pero siempre se necesita una presentación. Y esta entrada servirá para eso. Me llamo Víctor, soy un humilde opositor que aspira a convertirse en profesor de Lengua y Literatura. Bueno, en realidad se puede decir que ya lo soy, ya que tengo experiencia como docente en academias y como interino en varios institutos. Pero mi meta es conseguir algo que me emociona con sólo pronunciarlo: el funcionariado.

De mi experiencia como opositor y como interino nace este blog. En él recopilaré algunos comentarios de texto que estoy preparando estos meses. Serán principalmente fragmentos de obras clásicas de la literatura española y textos argumentativos de medios de comunicación.

Mi objetivo sería participar en una comunidad de profesores de Lengua y opositores en la que se pudiera compartir estos ejercicios y opinar sobre ellos. Porque Internet es colaboración.

Gracias por leer, comentar y difundir. ¡Suerte!
Víctor